Girl Power

El toque que transforma el sexo

Los ejercicios de centrarse en las sensaciones pueden cambiar eso.

El nombre puede sonar algo técnico, si bien realmente se explica por sí mismo. Mientras hacemos los ejercicios, nos concentramos lo más atentamente a las sensaciones. Dirigimos la atención hacia el cuerpo y nos concentramos en las partes en las que nuestra piel roza la piel de la pareja; o el pelo, o las puntas de los dedos.  En el momento en el que el contacto cambia, nuestra atención lo sigue.  Cada vez que nuestra mente se distrae, retrocedemos. Otro punto básico, es mantener el toque suave y muy lento.  El hecho de que nos toquen de una forma lenta y sensual resulta reconfortante y relajante; lo cual es imprescindible si deseamos alcanzar la excitación.  Llevar a la mente y el cuerpo hacia un único punto de concentración añade a ello una sensación de relajación y también tiene un efecto de vivificar nuestra experiencia.

Esto es lo que nos proporciona al toque centrado en las sensaciones la fuerza para transformar el sexo.

El tercer aspecto fundamental consiste en tocar nuestro propio placer.  No intentemos excitar a nuestra pareja. Más bien se trata de descubrir qué es lo que nos produce las mejores sensaciones. Paradójicamente, esto también le sirve a nuestra pareja.  Cuando nos centramos en nuestro propio placer, no hay ninguna tensión sobre la pareja para que responda de una manera concreta; ni tampoco en nuestra “actuación”.  Este tipo de toque sin ansiedad comunica ternura, cariño y dulzura.  Así mismo, nos deja más libres para disfrutar. Las caricias centradas en las sensaciones se pueden realizar en cualquier parte del cuerpo; incluidos los genitales. Van desde lo más sensual a lo más sexual, dependiendo de la parte del cuerpo que tocamos. La sensualidad está relacionada con tocar y con las sensaciones, no con la excitación. El toque sensual, no obstante, puede aumentar la excitación sexual. Primero debemos experimentar este tipo de toque nosotros mismos, así podremos descubrir lo que nos gusta y en que partes somos más sensibles. Después alternaremos la acción a tocar a nuestra pareja y que nos toque. Podemos tocar con las puntas de los dedos, la mano e incluso con la cara, el pelo y las suaves caras inferiores de los brazos.  Cuando toquemos a la pareja, siempre mantendremos el contacto a través de la piel.  Nos tumbamos cerca de la pareja e intentamos no dejar de tocar, aunque cambiemos de mano.]]>