Durante esta pandemia global, la inclusión y la justicia social han cobrado gran importancia. Desde el movimiento #BlackLivesMatter, hasta el impacto desigual de la crisis a todos los sectores del mundo.
Mientras intentamos entender el estatus quo, nos hemos dado cuenta de que las identidades sociales de cada quien, no se limitan a una sola faceta (raza, género, estado civil, clase, sexualidad, edad, etc). Sino que todos estos factores son una red que forma muchas intersecciones. La experiencia del mundo de cada persona se determina por la “interseccionalidad“ que cada persona experimenta.
Ver sólo un aspecto de la identidad de cada persona, puede restar valor a las experiencias de exclusión y discriminación que una persona puede enfrentar. Enfocarse en una única forma de inclusión, ignorando todo lo que nos hace quien somos puede ser todavía más divisivo.
La interseccionalidad es una forma de entender cómo y por qué la visión del mundo de cada persona es diferente.
Aunque la conciencia de la diversidad, la inclusión y la equidad en las salas de juntas ya no es nada nuevo, y hemos sido testigos del poder de las empresas para cambiar el dial, todavía no estamos viendo un enfoque holístico para abordar estas desigualdades sistemáticas que están presentes.
Mientras intentamos volver a moldear el mundo, es muy importante que las empresas entiendan que las iniciativas de sostenibilidad y equidad, tienen que verse a través de la interseccionalidad.