Bianca Pescador Rodríguez Nací en Mazatlán, Sinaloa, donde viví hasta los 18 años. Luego me fui a San Francisco, donde estudié Broadcasting, y al cabo de un año me vine a estudiar Comunicación a la Anáhuac. Me regresé a Culiacán (porque allá vive mi papá) cuando terminé la carrera, pero presentí que era un plan maquiavélico para casarme y yo quería trabajar. Yo quería saber qué era ser “profesionista exitosa” y no “esposa-mantenida-pare-hijos” y me regresé a la CDMX. Desde entonces trabajo y no me he casado. Nunca me faltan galanes, eso sí, no me quejo; ahora tengo un novio fabuloso que me hace crecer como persona cada día, es súper sabio, íntegro, paciente, bondadoso ¡lo amo! Aunque creo que “Sex & the City” nos engañó (en el sentido de que las amigas siempre están, nunca se rajan y la soltería es el mejor estado civil jajaja), no me arrepiento de las decisiones que he tomado porque al final del día sí me considero una persona feliz, realizada, comprometida con su desarrollo y crecimiento, y gracias a Dios con muchos proyectos, tanto a nivel personal como profesional. En cuanto a trabajo, me dedico a escribir. Soy periodista de belleza y estilo de vida. Llevo una década en esto, ¡Y ME FASCINA! Es mi pasión. Para mí mi trabajo es más bien una terapia, un placer y un agasajo, por el cual me pagan. ¡Qué bendición!
¿Has tenido alguna dificultad al emprender por el hecho de ser mujer?
Desgraciadamente tengo que confesar que en la mayoría de las ocasiones he sido yo misma mi propio límite, mi propia saboteadora. Creo que a veces la seguridad, la confianza y la autoestima nos juegan una mala pasada y se ve mermada nuestra productividad y entusiasmo, afectando nuestros proyectos en todos los sentidos. La famosa palabrita mágica de “creertela” creo que es más cierta –¡y complicada!– de lo que quisieramos admitir. No se trata de “creertela” desde el ego y la vanidad, sino desde el amor propio y la abundancia. Y eso, en un mundo que todo el tiempo nos está comparando y midiendo, es todo un reto. Nosotras mismas todo el tiempo estamos viendo quién tiene más, quién hizo más, quién “es” más, cuando la realidad es que nosotras somos nuestra propia y única competencia. Perdemos mucha energía y enfoque cuando nos comparamos porque siempre vamos a salir perdiendo. También creo que un gran defecto –a nivel género, como mujeres– es querer siempre agradar a los demás, y eso merma nuestra autoestima, nuestro valor. No es que los demás abusen, ¡es que nosotros los dejamos! Entonces la verdad no puedo decir que alguien más me ha hecho sentir mal o menos, es que yo les he dado ese poder. Algo que también reconozco es que, cuando me cambio el chip, ME IMPRESIONA DEMASIADO el poder de manifestación tan exprés que tiene mi mente. No es por presumir, pero sí estoy muy cañona jaja.¿De qué forma tú y tu proyecto apoya a la inclusión de género?
Alguna vez una persona me dijo “es que está cañón que puedes entrevistar a todo el mundo” y yo creo que esa es mi fortuna. Nunca me cierro, nunca digo “a esta no porque es súper mocha”, “a esta no porque está gorda”, “a esta tampoco porque es morena”, “a esta menos porque vive en una colonia fea”, “a esta jamás porque es trans”, “a esta ni me la pongas enfrente porque no tiene manos”. ¡¡NUNCA!! Si algo me gusta de mí es la capacidad que tengo de ver a Dios (visto como Amor y no como juez) EN TODAS las personas. Entonces para mí es un placer entrevistar igual a una politóloga de izquierda como Denise Dresser que a una mujer trans como la Bogue y Laverne Cox. Quizá haya ciertos personajes con los que hago más click, con los que coincido más en la forma de pensar, pero esa es una cuestión de química, de conducta y de creencias, más no de discriminación. Mi idea ahora es enfocar mi blog en apoyar los productos y servicios de las emprendedoras que conozco, para contar sus historias y hablar de sus creaciones, y de esta manera contribuir a que más gente las conozca y les compre.Danos dos consejos para alentar a las mujeres a que sigan sus sueños y luchen por lograr sus objetivos
El primero sería saber bien qué quieres, ¡porque es real! Los sueños se hacen realidad, y luego andamos deseando pura cosa falsa, pura fantasía e ilusión que alguien más nos vendió, que alguien más nos dijo que necesitábamos, y a la mera hora ni es cierto (a lo mejor para esa persona sí lo era, pero no aplica para nosotros). Entonces el primero sería de verdad saber bien, con conciencia, haciendo mucha introspección, qué *&(%”!= quieres. ¿Qué es verdad para ti?, ¿qué necesitas desde tu esencia para ser feliz, para realizarte, para sumarle a los demás? No porque “la sociedad dice”, sino lo que es verdad para ti. La segunda es aprender a usar el cerebro. La mente es súper poderosa, pero hay que aprender a utilizarla y canalizarla para que funcione a nuestro favor. La triste realidad es que muchas veces no sabemos ni hablar, no sabemos decretar, no sabemos pedir desde la abundancia y la asertividad. No hay que pagar cursos carísimos para educarnos, pero sí hay que leer y LEER MUCHO. Pero no tonterías, hay que investigar, preocuparnos y ocuparnos por crecer, por no perder la capacidad de asombro. A nivel espiritual, por ejemplo, ¿te quedaste con las clases de catecismo de la primaria? Y no se vale echarle la culpa a nadie. Hasta cierta edad (literal de los 3 a los 7 años aprox) “se vale”, pero después de ahí, ¡hay que trabajarle! Nadie va a hacer la chamba interior por nosotros. ¿Es incómodo? Sí. ¿Vale la pena? MUCHÍSIMO. Porque sólo así sabremos cómo encontrar la felicidad, cuál es el camino para nosotros. Porque, justo, cada camino es único, personal, individual e instransferible. Y cada uno debemos hacernos responsables y dejar de culpabilizar a los papás, al gobierno, a la prima, al tío, ¡nuestra vida es nuestra responsabilidad!, punto. Y mucho tiene que ver en cómo usamos la mente, dónde ponemos nuestra atención, a qué pensamientos les damos fuerza. Es un arte.¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
La bendición de conocer personas nuevas t-o-d-o-s los días, de enriquecerme con sus maneras de vivir, de pensar, de crear, de comunicarse. Es algo que agradezco todos los días, el no tener una rutina aburrida o sosa, sino entretenida, interesante y divertida. Hay días que escribo hasta seis horas seguidas pero ni lo siento, porque AMO LO QUE HAGO, me apasiona. También hay días que ando de pata de perro todo el día, lo cual también me gusta, jajaja. Porque aprendo otras cosas. Soy una fiel amante de la conduta humana, a veces no soy tan fan porque en muchas ocasiones podemos traer más oscuridad que luz al mundo, pero bueno, me gusta observarnos, me entretengo mucho y trato de aprender, de contribuir y sumar, ¡hacernos la vida tantito más fácil y bonita! Tengo una intución y una capacidad de percepción muy superior. De nuevo, lo digo desde la humildad, jajaja, aunque se oiga presuntuoso, ¡es la verdad! Es un don que agradezco muchísimo.¿Qué te gustaría cambiar de tu trabajo?
Los sueldos (MUY bajos) y el que me quieran chamaquear diciéndome que “me pagan con crédito”, jajaja, really? ¿El que la nota lleve mi nombre es el pago de tres, cinco y hasta ocho horas de investigación y dedicación? ¡No, bueeeeno! ¿Dónde NO firmo? La verdad creo, tristemente, que el periodismo está muy demeritado. Hay empresas que quieren pagar $50 pesos por nota, lo cual se me hace una tremenda grosería. Sobre todo si eres un periodista preparado, con excelente ortografía, capacidad de síntesis, comprensión y redacción; si eres un periodista que va más allá del boletín de prensa, que no se queda en la superficie, sino que busca servir al lector. ¿Cómo? Informándolo desde todos los ánglulos para que tome una mejor decisión. Yo siempre digo “todos podemos cantar”, pero no todos SABEMOS cantar, ¡hay una enorme diferencia! Y lo mismo: todos podemos escribir, pero no todos saben cómo hacerlo. Contar historias tiene su chiste, y muy a mi pesar no es un arte bien valorado, al menos no en la industria en la que yo me muevo, que es la de la belleza y el estilo de vida. Quizá porque se piensa que es vanal, es fácil, ¡pero no! Un periodista que sabe puede escribir igual de profundo de un tema de política que de bienestar, de negocios que de maquillaje. Para mí es un tema de talento también, y de pasión. Apasionarte por siempre saber más, investigar más, preguntar más, leer más, y al final saber transmitirlo.
Mujeres con talento y pasión por lo que hacen son las que más nos inspiran.
¡Gracias Bianca por ser nuestra Mujer Girl Power!
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