GirlPower, compartimos lo más destacado de este artículo de Alberto Fernández Terricabras, profesor de IESE Business School en El Periódico
Emprendedor, emprendedora: pongan un mentor o una mentora en su proyecto
Se pueden contar con los dedos de una mano las aceleradoras de ayuda a los emprendedores que tienen un alto impacto en el ecosistema. Una de las claves, en mi opinión, reside en el
buen asesoramiento que puedan proporcionar los mentores.
La experiencia es un grado y muchos emprendedores encuentran en el asesoramiento de buenos mentores
valiosos consejos que les ayudan si no a no cometer errores (cosa imposible e incluso poco deseable), si a equivocarse menos veces, a asumir los riesgos adecuados, a buscar alternativas, a liderar mejor equipos, a organizarse mejor, y a algunas otras cosas de gran valor. Es por ello que en IESE hemos empezado un programa de mentoría para emprendedores, con una red de mentores formada por empresarios y directivos de primer nivel, que constituirán por un tiempo una especie de consejeros independientes que les ayuden a orientar mejor la estrategia de la empresa y alcanzar unos objetivos determinados.
La palabra ‘mentoría’ no existe en el diccionario. ¡Propondré que la incluyan!
El mentor es consejero, guía. Su trabajo suele ir más allá de los aspectos relacionados con el proyecto emprendedor, pudiéndose adentrar en temas personales.
Los
emprendedores, en muchas ocasiones, además de
falta de experiencia, experimentan una cierta soledad. Aún más en proyectos liderados por un solo emprendedor. Es la soledad que también puede sentir el director general de una empresa. Si bien puede estar acompañado de un buen equipo, incluso de un gran equipo,
la persona de vértice, como es el caso del emprendedor, puede necesitar de otras personas que le aconsejen. Añadamos aquí el hecho de que en muchos casos, por falta de recursos o por estar el proyecto muy en sus inicios, el equipo es escaso. La inexperiencia y la necesidad de poder comentar temas para obtener otros puntos de vista son dos buenas razones para buscar la ayuda de un mentor.
También
para personas ya con experiencia, un mentor es de gran ayuda, por dos razones: nadie sabe de todo y el mentor, al estar menos pegado al proyecto, puede dar una visión desde fuera y menos emocional que puede ser de utilidad.
Para que así lo sea, el emprendedor ha de confiar en el mentor y en sus consejos, y para ello, le ha de respetar profesional y personalmente.
El emprendedor es quien decide, pero debe estar dispuesto a dejarse aconsejar. Hay ocasiones en que la relación entre mentor y ‘mentorizado’ (palabra tampoco admitida, aún, por la Real Academia de la Lengua Española) no funciona porque el mentor aconseja y el ‘mentorizado’ hace lo que le da la gana… siempre. Es fundamental que el emprendedor escuche y luego decida; y también que comparta esas decisiones con el mentor.
Emprendedor y mentor debieran consensuar, al empezar su relación, lo que esperan de ella:
lo que el emprendedor cree que necesita y lo que espera que le aporte el mentor, y sobretodo, lo que el mentor cree que puede aportar al emprendedor y la actitud que espera del mismo. Y definir el ámbito de esa ‘mentoría’ que, como comenté anteriormente, puede exceder al ámbito del proyecto y adentrase en aspectos como la capacidad de dirigirlo e incluso ámbitos más personales. En el caso del emprendedor, más que en ningún otro trabajo, los ámbitos profesional y personal se entremezclan sin solución de continuidad. Diferentes relaciones se focalizan en distintos aspectos. Por ejemplo, un emprendedor puede esperar de un mentor que le proporcione contactos con potenciales clientes o inversores para su proyecto.]]>