autoconocimiento, tenemos que saber cómo funcionan las emociones en uno mismo. ¿Te afecta mucho el estrés? ¿Sufres de mareos? Son algunas preguntas que te pueden ayudar a conocerte mejor.
Cuando sepamos cómo funcionan las emociones en nuestro cuerpo, podremos saber qué, de qué manera, cuánto, por qué nos afectan y cómo evitar que nos impidan realizar eficazmente nuestro trabajo.
Una vez que nos conozcamos a nosotras mismas será posible controlarnos, siempre en ese orden, no al revés, el autoconocimiento es antes que el autocontrol.
La inteligencia emocional en el trabajo requiere primero que la persona sepa cómo le afectan las emociones en su desempeño, para después saber cómo controlarlo. Aplica con todas las emociones que experimentamos.
Si somos capaces de controlar las emociones negativas, podremos explotar las emociones buenas o placenteras, como felicidad, motivación, pasión, ilusión, etc.
Si tu cerebro está pensando solamente en emociones negativas, le costará trabajo enfocarse en realizar un trabajo con pasión y ganas, y también las expresiones faciales te delatarán. ¿Te imaginas atender a un cliente con cara amargada y sin sonrisa en el rostro? A nadie le gustaría eso.
En este punto, la automotivación tiene un lugar importante. Debemos potenciar las emociones placenteras para centrarnos en hacer un trabajo con menor estrés y mayor confianza.
Podemos decir que el autoconocimiento, autocontrol y automotivación, son de suma importancia para el desarrollo de la inteligencia emocional intrapersonal y cuando ésta se encuentra estable, pasamos a lo que se llama inteligencia emocional interpersonal.
Esta última es la que nos permite entender y relacionarnos con los demás, determina nuestra elección de amigos, pareja, relaciones y éxito laboral, y tiene la misma importancia que la inteligencia intrapersonal.
Existen dos factores que la determinan, estos son; empatía y gestión social.
La empatía implica tener la capacidad para saber lo que sienten las demás personas y poder determinar cómo les afectan diferentes situaciones en la vida. Y como decíamos anteriormente, para lograrlo se necesitan tener bajo control nuestras propias emociones.
Las personas empáticas pueden descubrir fácilmente cuando en el trabajo alguien se siente nervioso, con miedo, inseguro, etc. Teniendo esa información podemos llegar al segundo factor, que es la gestión social.
Si ya somos empáticas, será más fácil influir en las emociones de los demás. Con esto nos referimos a ayudarlos a controlar sus emociones negativas y motivarlos a potenciar las placenteras.
Ahora que conoces más sobre inteligencia emocional, seguramente te será más fácil desarrollarla en el trabajo.
¿Ya sabes controlar lo que sientes? Date la oportunidad de conocerte y sacar el mayor provecho de tus emociones para lograr el éxito en tu trabajo y tener un mejor rendimiento. ¡Comienza ahora!
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