Vamos empezar haciéndonos unas preguntas muy fáciles para ver que tanta igualdad de género hay en tu casa.
¿Cuándo fue la última vez que lave los trastes, que recogí la mesa, que tendí la cama? ¿Cuándo fue la última vez que mi pareja lo hizo?
Hoy en día, es más fácil encontrar hogares en los que las labores se dividen. Pero no es aún ni el 30% de las casas mexicanas.
“Desde hace varias décadas, las mujeres han aumentado su participación en la vida económica del país de manera constante, sin embargo este hecho no se ha traducido en un incremento equivalente en la proporción de hombres que participan en las tareas del hogar”, refiere el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) en un análisis de la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) 2009.
Antes nuestras madres nos enseñaban a ser amas de casa. Los roles de género estaban muy marcados. Eran costumbres. Pero los tiempos han cambiado y si se espera vivir bajo esta equidad, se debe tener en cuenta que hay que estar checando constantemente la tabla de labores, principalmente para siempre mantenerla en un punto justo para todos los integrantes de la casa. Es muy normal que las mujeres empiecen a tomar más actividades, porque a eso estamos acostumbradas. Pero estamos aquí para cambiar esas costumbres.
Por insignificante que pueda parecer, el saber hacer actividades domésticas, agrega una ventaja de auto cuidado. Da más independencia.
Un hogar que equilibra las labores se vuelve más ameno en todos los aspectos. Ayuda a mejorar la comunicación y a crear un mejor ambiente.
Cuando te des cuenta de esto, el limpiar tu casa se vuelve más fácil, menos tedioso y quita presión. Ya no se ve como un deber sino se convierte en un juego personal entre tu familia.
Antes de empezar a dividir hay que tener muy claro cuáles son estas labores:
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Limpieza de la casa
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Preparación de alimentos
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Lavado de ropa
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Cuidar a los demás integrantes de la familia (niños, abuelos y mascotas)
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Tus dos (o más) hijos deben tener las mismas labores. Deben aprender a hacer lo mismo y no trates de forzarles ningún tipo de juguetes.
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Es primordial no forzarlos por género. Esto significa dejarlos escoger con que quieren jugar. Que ellos elijan sus actividades y sus juguetes.