conciliación puede acabar resultando no sólo barato, sino beneficioso para nuestras empresas. Para aquellas GirlPower que duden (si es que hay alguna), este artículo del diario Expansión de España seguro que lo deja muy claro.
Conciliar: lo caro es no hacerlo
“La conciliación se analiza siempre desde una óptica social, pero es un tema pura y duramente económico”, dice Nuria Chinchilla, directora del Centro Internacional de Trabajo y Familia de IESE. El estudio IFREI, realizado por éste y otros organismos entre más de 5.500 personas de 45 países, pone cifras a su afirmación:
las empresas que facilitan la conciliación son 10 puntos más productivas, reducen un 30% el absentismo y aumentan hasta en 50 puntos la satisfacción de los empleados, lo que reduce su rotación.
Pero no sólo las empresas salen beneficiadas, ya que varios estudios muestran también
los efectos de la conciliación para la economía de un país: mejora hasta en 20 puntos la salud de los empleados, con el ahorro médico que eso supone; reduce las tasas de fracaso escolar; y aumenta el consumo (si salimos antes del trabajo compramos más) y la natalidad (los empleados y consumidores del futuro).
Vistas todas estas ventajas, cabría pensar que las compañías se han lanzado desaforadamente a implantar políticas de apoyo a la conciliación, pero nada más lejos de la realidad.
Está en nuestras manos, mujeres
GirlPower, convertir en realidad buenas políticas de conciliación, tanto en nuestros propios negocios como cuando alcancemos posiciones altas en grandes empresas.]]>