El tema que nos toca abordar el día de hoy es un tanto delicado, por esa razón pedimos que al leer esta nota estés abierta al cambio y sobre todo al respeto pues hablar de body shaming es algo sensible y que se debe abordar con mucho cuidado.
Comencemos diciendo que al referirnos al body shaming hablamos del acto de hacer las personas sientan pena o que no se sientan a gusto con ciertas partes de su cuerpo, por no corresponder a los cánones de belleza, que han cambiado a lo largo de la historia y que ha provocado que ciertas cosas sean motivo de burla. Son mensajes que hacen que alguien se sienta mal con la forma en la que se ve, o incluso que sientan que no merecen recibir amor o ser felices.

Debido a los factores culturales y sociales muchas conductas que agreden la integridad emocional y psicológica de las personas han sido normalizadas, el body shaming es una de ellas, es por eso que entre todas las personas debemos hacer un esfuerzo e introspección y preguntarnos si alguna vez hemos cometido una acción o emitido un comentario de discrimianción a alguien.
El body shaming termina cuando hacemos conciencia y somos responsables y conscientes de que nuestras acciones y comentarios tienen una repercusión en las personas, no podemos ir por la vida emitiendo juicios sobre el cuerpo o apariencia física de las personas pues no sabemos qué lucha están peleando consigo mismas.
Podemos evitar el body shaming con estas tres reglas:
- No criticar ni emitir juicios de valor a una persona por su apariencia.
- Hablar siempre con respeto a las personas, sin apodos u ofensas a su físico.
- Resaltando cualidades de su personalidad antes que de su cuerpo.
Para finalizar les hacemos un llamado a ser simpáticas, respetuosas y sobre todo responsables de nuestras acciones y palabras.