Seguro te ha pasado: estás hasta el tope de trabajo, apenas logras planearte para sacar todo a tiempo cuando tu jefe te pide una nueva tarea que en realidad le corresponde a él. En el fondo sabes perfectamente que aceptar será sacrificar tu tiempo pero terminas por aceptar. ¿Por qué te autosaboteas? Por diferentes motivos, quizá te da culpa sentirte “irresponsable” al decir no, buscas la aprobación de tu jefe (en este caso), quieres agradarle a los demás, o te dan miedo las consecuencias del “no”.
Aún teniendo clarísimo que decir “sí” a veces es equivalente a sabotear nuestro bienestar, la realidad es que, según la ciencia, estamos programadas para decir “sí” casi en automático; así que tranquila, nos pasa a todas.
Ahora, la pregunta del millón: ¿por qué no sabes decir “no”? ¿Por qué crees que las consecuencias de poner límites serán menos graves que las de no priorizarte?
Si dices que sí a todo porque de verdad no sabes decir que “no”, puede ser que tu autoestima está afectada o que tus objetivos de vida estén poco claros.
La clave está en empezar por pasos claros y pequeños. Hoy, toma la decisión de darle un nuevo significado a la palabra “no” entendiendo que decir “sí” a algo que no quieres o no puedes atender, también es decirle “sí” a tomar al asiento de copiloto en tu vida. Si estás programada para pensar que tu negativa significa que eres egoísta, que te van a correr del trabajo, que tu relación de pareja podría terminar, que no vas a caerle bien a la gente, te propongo que cambies esos pensamientos por: a veces decirle NO a los demás, es decirte SÍ a ti misma, a lo que realmente es importante para tu vida.
Es el momento de decir ¡basta!, de cambiar pensamientos limitantes por pensamientos poderosos. Empecemos por una especie de mantra que vas a poner en un papel y pegar
en tu espejo:
Tengo el derecho a decir NO, a ser asertiva, coherente con mis valores y mis prioridades.
Cuando te repites este mantra diario, resignificas aceptar otro proyecto, entiendes que tu tiempo es tuyo y usarlo en cosas que le suman a tu bienestar es tu derecho y responsabilidad. Recuerda que todas tenemos 24 horas y lo que hacemos con ellas determina nuestra calidad de vida. Nada justifica sacrificar tu vida personal y tu salud física y mental por darle gusto a los demás, ¿estás de acuerdo?
Aquí una guía básica con cinco preguntas que te propongo que te hagas antes de decir “sí” en automático:
Sé racional
La primera razón por la que decimos que “sí” a todo es porque resulta la respuesta más fácil e inmediata. Pero olvídalo, puedes tomarte un tiempo para pensar y decidir. Sal del modo piloto automático en el que te has metido
Entrena decir NO
En vez de decir “sí”, entrena otras respuestas: “déjame pensarlo y te contesto mañana” o “checo mi agenda y te aviso”. Cuando decidas, de acuerdo a tus prioridades, que decir NO es lo mejor para ti, hazlo de forma educada:
‘Este mes no puedo ayudarte en ese proyecto, estoy a full’
‘Prometí pasar tiempo con mi familia este fin de semana y es algo importante para mi; con gusto te ayudo el martes que entra’
Visualízate diciendo NO
Seguro has escuchado del poder de la visualización, practícalo también para este tema. Si te dan miedo las consecuencias de decir “no”, imagina siendo serena y encontrando la manera correcta de hacer que la otra persona entienda que tu “no” es coherente con tus prioridades.
Pon límites
Decir “no” es poner límites, ¡una gran manera de mostrarte amor propio! Di “no” a todo lo que afecte tu salud física y emocional. Valórate, cuida de tus necesidades, eres la única responsable de practicar self-love.
Desafíate
Hoy mismo, di “no” a algo que sabes que te puede afectar. Piérdele el miedo a priorizarte.
Por: Ana Pazos Lifecoach