Actitud sin importancia: relax
Esta es la actitud despreocupada, seguro conoces a alguien así. Esta conducta sería positiva si se tomaran todo con calma, pero al mismo tiempo accionaran. Pero lamentablemente no es así.
Son personas a las que les encanta minimizar todo, desde sentimientos, ajenos claro está, lo suyo son importantes, personas, situaciones, trabajos, tareas y todo.
Si hay algún fallo por ejemplo en cuanto al trabajo, dice “relax”, “tranquilos” o alocuciones similares, prácticamente las usa como defensa, ya que según, no hay de qué preocuparse. Se presenta con más fuerza cuando lo que acontece tiene algo que ver con sus acciones.
Esto se da por no aceptar parte de su responsabilidad y jamás desean aceptarlo. Viven enteramente en la zona de confort o no les gusta ser sacada de ella.
Si debes trabajar con una persona así, debes tomar en cuenta que no son las más comprometidos.
Excesivo drama
Si bien hay momento de nuestra vida en donde la angustia y el estrés nos embarga. Lo realmente importante es no aferrarnos a ese estado perennemente pues mientras estemos allí, no resolveremos nada y nos hundiremos más en la desesperación porque no se ha solucionado esa situación que nos roba la paz, que paradójicamente no se ha resuelto porque estamos en ese estado.
En otras palabras, está bien sentirnos momentáneamente alicaídos, más no recrearnos en ese sentimiento hasta convertirlo en un monstruo que nos va a engullir por completo y a sumergimos en la oscuridad absoluta.
Como ves, ambas conductas son extremas, pero bloquean completamente nuestro rango de acción, afectando considerablemente el éxito de lo que emprendamos o queramos lograr, ya sea un negocio o una relación amorosa, proyecto, evento, etc.
Darle la intensidad de atención adecuada a las cosas, depende de la importancia, urgencia, funcionalidad que tenga para tu vida y la de tu entorno.
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